Categoría: Mural

Una obra ceremonial que entrelaza iconografía de civilizaciones ancestrales para abrir un portal entre culturas y dimensiones sagradas. La silueta de Shiva, dios de la destrucción y regeneración, se erige como figura central observada por enigmáticos dogū, guardianes de barro del Japón neolítico. En el supramundo, la pirámide de Chichen Itzá se eleva, custodiada por Quetzalcóatl como serpiente celeste, mientras dos axolotl descansan en la base: símbolos de lo anfibio, lo mutable y lo eterno. Esta pieza representa un cruce de planos, donde el hinduismo, el pensamiento mesoamericano y lo japonés convergen dentro de Tlalticpac como un acto de alquimia espiritual y estética.

$5,000.00

“Fósil Helix” es una pieza que captura el mito digital nacido del fenómeno colectivo Twitch Plays Pokémon, donde millones de jugadores anónimos controlaron juntos una sola partida de Pokémon Rojo en 2014. Esta colmena digital dio origen a una narrativa caótica, casi litúrgica, en la que el Fósil Helix fue elevado a objeto sagrado, oráculo y símbolo de resistencia ante el desorden. En Tlalticpac, esta pieza forma parte de los Artefactos de Vajrapani, una región donde las inteligencias colectivas y los mitos del siglo XXI toman forma física. El fósil no solo representa un vestigio prehistórico: es la encarnación de una fe nacida en el caos algorítmico, un testimonio de cómo las masas pueden crear divinidad desde el ruido. Esmaltada con contrastes brillantes y mates, esta pieza muestra capas temporales como estratos de una arqueología de lo digital. En ella, la colmena de jugadores no es solo audiencia: es artífice de una religión efímera y viral.“Fósil Helix” es una pieza que captura el mito digital nacido del fenómeno colectivo Twitch Plays Pokémon, donde millones de jugadores anónimos controlaron juntos una sola partida de Pokémon Rojo en 2014. Esta colmena digital dio origen a una narrativa caótica, casi litúrgica, en la que el Fósil Helix fue elevado a objeto sagrado, oráculo y símbolo de resistencia ante el desorden. En Tlalticpac, esta pieza forma parte de los Artefactos de Vajrapani, una región donde las inteligencias colectivas y los mitos del siglo XXI toman forma física. El fósil no solo representa un vestigio prehistórico: es la encarnación de una fe nacida en el caos algorítmico, un testimonio de cómo las masas pueden crear divinidad desde el ruido. Esmaltada con contrastes brillantes y mates, esta pieza muestra capas temporales como estratos de una arqueología de lo digital. En ella, la colmena de jugadores no es solo audiencia: es artífice de una religión efímera y viral.

$6,000.00

“Pakal” es una interpretación contemporánea del sarcófago del gran gobernante maya K’inich Janaab’ Pakal, trasladada al universo de Tlalticpac. Esta pieza rinde homenaje a la cosmogonía mesoamericana al representar el descenso del alma hacia lo profundo del inframundo, guiada por símbolos cromáticos en rojo, azul y verde. Enmarcada en metal negro, la obra emula un portal ritual: un umbral entre el tiempo mítico y la materia sagrada. Aquí, Pakal no solo es rey, sino viajero estelar y semilla de renacimiento dentro de la narrativa de Ha’, la región del agua.

$5,000.00

“Tecatzlipocatl” es un mural cerámico que fusiona la cosmovisión mexica con la estética oriental, un experimento temprano en mi trabajo con esmaltes. En esta pieza, el “Espejo Humeante” aparece con una cara inspirada en los papiros japoneses y los ojos del Rinnegan del clan Uchiha, mezclando simbologías ancestrales y modernas en un diálogo visual único. Este mural refleja el intento de integrar culturas distantes para crear nuevos símbolos en Tlalticpac, un universo donde lo ancestral y lo contemporáneo se entrelazan para contar nuevas historias. Una obra que evidencia la búsqueda y el aprendizaje técnico a través de la cerámica, cargada de simbolismo y misterio.

$2,000.00

“Termina” es una interpretación cerámica del mapa y mito del videojuego The Legend of Zelda: Majora’s Mask, reinterpretado en el universo de Tlalticpac. La pieza muestra la luna inminente cayendo al centro del mundo, mientras los cuatro gigantes marchan para detener su cataclismo, simbolizando la lucha contra el fin inevitable. En Tlalticpac, esta narrativa se integra como un mito de la región Vayú, donde el tiempo y el espacio se distorsionan y los guardianes elementales protegen el equilibrio del cosmos. La textura y el color intensos buscan capturar la tensión y el misticismo de esta batalla, uniendo la cultura pop con lo sagrado en un diálogo contemporáneo.

$7,500.00

Esta escultura representa a Tláloc como una ballena voladora sagrada, una deidad híbrida que surca los cielos de Ha’, la región del Agua en Tlalticpac. Su cuerpo lleva símbolos del traje ceremonial del dios mexica: los dientes como tlaloques, los servidores del trueno; las aletas y cola marcadas por el poder del rayo; y en el orificio respiratorio, un emblema del trueno eterno. En la punta del rostro, las fauces del cielo anuncian la llegada de la tormenta, mientras que sus ojos celestes portan el símbolo de las estrellas mexicas, conectando la ballena con el firmamento. “Tlaloc” no solo evoca un dios, sino un ecosistema de significados: un dios-cielo-mar, una entidad anfibia que da vida y castigo desde las alturas.

$3,000.00

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