Inspirada en la Ceiba, el axis mundi de la cosmovisión maya, esta escultura representa el puente entre el mundo terrenal y lo divino en Yum Kaax, la región de la Tierra en Tlalticpac. En su cúspide, un elefante porta símbolos inventados que encriptan la palabra “Guía”, aludiendo al papel de este ser como protector del equilibrio y orientador de los caminantes del alma. El pigmento azul cobalto resalta su función mística como señal en el paisaje sagrado. Esta obra invoca la conexión entre lo ancestral, lo simbólico y lo eterno.