En las ruinas de Vayú, donde el tiempo se fragmenta y los ecos se desvanecen, El Último Guerrero Errante deambula entre vestigios y arena. Es la única memoria viva de un pueblo extinto, atrapado entre el pasado y el olvido. Su armadura de cerámica erosionada y el emblema rojo en su pecho son marcas de una historia olvidada.
Portador del Escudo Fracturado, ha recorrido desiertos y cráteres en busca de respuestas. Se le vincula con los siete velos, pruebas espirituales que definen su destino. Solo quien cruce estos umbrales comprenderá la verdad detrás de la Ballena Celestial.
Esta escultura captura el misterio de su travesía, esculpida con los materiales del desierto y la memoria.