Ha’ —palabra maya que significa “agua”— es la región líquida de Tlalticpac, un espacio donde la forma no tiene forma, donde el tiempo se diluye como sal en el océano. Aquí, todo vibra en la frecuencia de lo fluido: el cuerpo, el pensamiento, la historia. Si en otras regiones se construyen templos, en Ha’ el templo es el agua misma.
Esta civilización híbrida, inspirada en los mitos de la Atlántida, la estética de los Zoras de The Legend of Zelda, la navegación polinesia, el misterio nórdico y el espíritu libre pirata, ha creado ciudades sumergidas talladas en cuarzo y cristal. No hay muros aquí, solo transparencias. El agua es arquitectura, frontera y lenguaje.
Los habitantes de Ha’ no tienen un solo rostro: hay peces humanoides de una belleza inquietante, seres hechos de vapor, criaturas biofluídicas que manipulan la materia y la luz como si fueran extensiones de su cuerpo. Dominaron la física como alquimia. No distinguen entre magia y ciencia: ambas son corrientes dentro del mismo océano.
Como diría Heráclito, “todo fluye”. Pero en Ha’, ese flujo no es caos: es conocimiento líquido. Aquí se habita el cambio, no como amenaza, sino como destino.
Ha’: ¿Civilización o corriente simbólica?
Esta región no representa el agua como recurso, sino como símbolo absoluto: lo que transforma sin perderse, lo que envuelve sin atrapar. Mircea Eliade hablaba del agua como “principio de todas las cosas”, lo in-forme que antecede a la forma. En Ha’, el mito no se narra, se refracta. Todo es eco, reflejo, espejo curvo.
Como apuntó Deleuze en El pliegue, lo acuático no tiene centro fijo: es multiplicidad en movimiento. Ha’ es una constelación de inteligencias líquidas, una matriz que acoge a los dioses olvidados y los devuelve como seres de luz. En esta región, el arte es refracción simbólica: cada cerámica es una burbuja atrapada en el flujo eterno.
¿Qué representa Ha’ en Tlalticpac?
Ha’ es la metáfora del tránsito: entre lo corpóreo y lo etéreo, entre lo tangible y lo ilusorio. No es solo un océano, sino una tecnología ancestral de transformación. Un archivo cristalino donde cada molécula contiene un relato aún no contado.
Y en una era que se ahoga en simulacros, Ha’ ofrece una posibilidad radical: ser agua, ser mito, ser cambio.